Primera Estación

Jesús resucita de la muerte

 

P. Te adoramos, oh Cristo resucitado, y te bendecimos.
T. Porque con tu Pascua has dado la vida al mundo.

1L. Del Evangelio según San Mateo (Mt 28, 1-7)
En la madrugada del sábado, al alborear del primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres: "Vosotras, no temáis. Ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id de prisa a decir a sus discípulos: "Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis". Mirad, os lo he anunciado.

2L. Un  anuncio bomba: la vida explota
Jesús nace en una noche. Jesús resucita en una noche. Nace en una pobre cuna, renace en una fría tumba.
Él día irrumpe en la profunda noche. La vida estalla en la oscuridad de la tumba.
Todavía hoy en día, a menudo escuchamos: ha caído la noche sobre el mundo de los jóvenes. Sin trabajo, sin ideales, sin futuro, sin esperanza. Muchos de ellos yacen en la tumba de la violencia, de la mala vida, de la apatía, de la depresión, de la opresión, de la desilusión. Frecuentemente vivir es fingir que se vive. Pero aquel anuncio suena fuerte: "¡No tengáis miedo! Sé que buscáis a Jesús. No está aquí. Verdaderamente ha resucitado". ¡La vida estalla!
Los jóvenes creyentes son llamados a ser ángeles, anunciadores verdaderos que anuncian la extraordinaria noticia. Hoy no es el tiempo de las cruzadas, de librar el Sepulcro de Cristo. Hoy lo urgente es librar cada pobre Cristo de su proprio sepulcro. Librar a los jóvenes del miedo. Ayudarles a conjugar coraje y esperanza.
El amanecer ya se ha iniciado, no se le puede detener.

T. Alégrate, Virgen Madre: Cristo ha resucitado. ¡Aleluya!

P.
Jesús Resucitado, el mundo necesita ser reevangelizado. La nueva evangelización aplaca el corazón trastornado por tantos mensajes. Haz resonar el anuncio siempre nuevo. Y convierte a las mujeres en mensajeras entusiastas de la raíz de la nueva vida: tu Pasqca. Obra el trasplante: cabeza nueva, corazón nuevo,vida nueva. Haz que pensemos como piensas tú, haz que amemos como amas tú, haz que proyectemos como proyectas tú, haz que sirvamos como sirves tú.

T. Amén.


Canto