Segunda Estación

Los discípulos encontraron el sepulcro vacío

 

P. Te adoramos, oh Cristo resucitado, y te bendecimos.
T. Porque con tu Pascua has dado la vida al mundo.

1L. Del Evangelio según San Juan (Jn 20, 1-9)
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue a donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús tanto quería, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos; pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo y el sudario con el que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.  Entonces entró también el otro, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

2L. Una  tumba vacía: ha sido vencida la muerte 
Decir juventud es decir correr en la vida, sin detenerse. Andar hacia adelante sin frenarse. La muerte es jaque mate, la partida ha terminado. No es posible permanecer siempre jóvenes. Adelante los otros.
Aquí están María Magdalena, Pedro y Juan, tres jóvenes, hacen por primera vez en la historia la prueba, vencer al jaque mate de la muerte. Solo en estas condiciones explota el jubilo. Es posible permanecer joven. Ser felices con la misma fuerza con la cual las cerraduras más resistentes han sido destruidas. También tú, joven a las puertas del nuevo milenio, puedes y debes permanecer joven. ¡Independientemente de la edad que tengas!
¡Que la primera virtud tuya sea el amor!
El amor lo vence todo.
Si crees en la victoria del vencedor Resucitado contra la invencible muerte definitiva y de tantos motivos de muerte en tu vida, lo lograrás. Sabrás andar el camino de la vida y lo harás andar a los demás, juntos cantando el himno a la vida.
Ha escrito San Agustín: " Jóvenes, buscad a Cristo, si queréis permanecer jóvenes".

T. Alégrate, Virgen Madre: Cristo ha resucitado. ¡Aleluya!

P. Roguemos. Solamente tú, Jesús Resucitado, nos llevas a la gloria de la vida. Solamente tú nos haces ver una tumba vacía desde adentro. Convéncenos de nuestro poder impotente delante de la muerte cuando estamos sin ti. Haz que nos fiemos totalmente de la omnipotencia del amor, que vence a la muerte.

T. Amén.


Canto